INVITACIÓN   A   RECONOCER   LA   DIRECCIÓN   DE   DIOS   A   TRAVÉS  DE LOS ACONTECIMIENTOS

Eugenio esperaba reforzar a la pequeña comunidad en el recién establecido santuario de l’Osier con dos Oblatos más, pero las circunstancias le habían obligado a otros planes, por lo que invita a la comunidad a intentar ver la mano de Dios en los sucesos, aun cuando fueran difíciles de comprender.

Aprendamos cada vez más a calmar nuestros deseos y a someter nuestra voluntad a lo que la Providencia nos indique en los acontecimientos que permita o provoque.

Carta a Bruno Guigues, Mayo 27, 1835, EO VIII núm. 516

Un recordatorio para que veamos los sucesos en la forma Mazenodiana: a través de los ojos de nuestro Salvador crucificado.

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

NO DEBATAMOS MÁS SOBRE LOS BUENOS HERMANOS

Al inicio, la fundación de los Misioneros era una sociedad de sacerdotes para evangelizar a través de la predicación y los sacramentos. Dos años después, al convertirnos en religiosos con votos, la vida religiosa fue un componente fundamental de nuestra vocación.  Así fue que se abrió la puerta a quienes desearan la vida religiosa de los Oblatos, sin ser sacerdotes. Para algunos de ellos enfocados en el ministerio clerical, esto representaba un problema, pues los Hermanos no podían realizarlo. ¿Entonces, por qué aceptarlos? Algunos sacerdotes Oblatos fueron tentados a ver a los Hermanos como sirvientes domésticos.

…sujeto que se había presentado para hermano? Había avisado al noviciado.  Envié al Hno. Ferrand a Córcega, por lo que solo nos queda el Hno. Roux. Es una clase especial pero necesaria, y al encontrar a alguno, es importante darle una buena formación.

 Carta a Bruno Guigues, Mayo 3, 1835, EO VIII núm. 514

Solo he podido enviar a Ajaccio a Guibert, a Telmon y al hermano Ferrand, sin el cual me dice Guibert no hubiera podido abrir el seminario; así de útil le es. ¡Para que después de esto no se tenga en cuenta a los hermanos! Es por ello que admitiré al Hermano Roux a la oblación perpetua. Envíenme a algunos de ustedes

Carta a Bruno Guigues, Mayo 27, 1835, EO VIII núm. 516

Les doy como referencia, “LA VISIÓN DE NUESTRA FUNDACIÓN HOY EN DÍA: TODOS SON HERMANOS, ALGUNOS SON SACERDOTES” http://www.eugenedemazenod.net/esp/?p=2646 

 

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

SUS CARTAS SIEMPRE ME CAUSAN UNA GRAN ALEGRÍA

En esta etapa las comunidades estaban generalmente conformadas por Oblatos jóvenes. Eugenio, como Fundador, siempre estuvo consciente de que la fundación de los Misioneros había provenido de Dios con una misión y espíritu específico (carisma). Debía asegurarse de que cada Oblato y comunidad fueran fieles al carisma, por lo que esperaba una carta mensual de cada comunidad en la que el superior diera cuenta de su vida y actividades, además de una carta anual de cada Oblato, compartiendo su vida y experiencia personal. 

No les disculpo de darme cuenta de las personas y de los asuntos al menos una vez al mes. Tu correspondencia deja mucho que desear al respecto. Ignoro por completo cómo están todos en su comunidad. Te ruego digas a los Padres Dassy y Vincens que sus cartas siempre me causan una gran alegría…

Carta a Bruno Guigues, Mayo 27, 1835, EO VIII núm. 516

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

REFLEXIONA, DESCANSA, MANTÉNTE ENFOCADO

Una semana después Eugenio escribe de nuevo al joven superior de la comunidad, para corroborar y subrayar los mismos temas: 

No descuides las conferencias de teología prescritas por la Regla, no pienso dispensar a ninguna casa. Cuida de ello en su casa…
Cuídate este verano. No se puede trabajar en el ministerio todo el año sin descanso.
Adiós, mi querido P. Guigues. Tus cartas son un poco raras. Les abrazo y  bendigo…

Carta a Bruno Guigues, Junio 9, 1835, EO VIII núm. 518

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

ORAISON MENSUAL CON LA FAMILIA MAZENODIANA

Domingo, 15 de septiembre de 2019 de 0:00 a 23:30

«En la oración silenciosa y prolongada de cada día, nos dejamos modelar por el Señor y encontramos en él inspiración para nuestra conducta,» (Regla de Vida OMI, 33). La practica de Oraison formaba una parte importante en la oración diaria de San Eugenio durante la cual entraba en comunión con los miembros de su familia misionera.

Les invitamos a formar parte de esta practica de Oraison. El domingo, 15 de septiembre, es la memoria de Nuestra Seńora de los Dolores y el aniversario de la beatificación del Beato José Gerard, OMI. Con María contemplando a Jesucristo crucificado y con el Beato José Gerard quien dedicó su vida a predicarlo a Él, les invitamos a separar un tiempo este día para entrar en comunión de oración con toda la Familia Mazenodiana.

Siéntanse libre de dejarnos saber (https://www.facebook.com/events/734972556957577/) que se unirán a nosotros y de compartir con todos que sientan un interés.

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

ES   TOTALMENTE   CONTRARIO  A    LAS   REGLAS  MANTENER   ESE  CONTINUO TRABAJO EXTERNO

En nuestro atareado estilo de vida multifacético, es necesario  que escuchemos el llamado de Eugenio a un equilibrio entre la actividad y la espiritualidad. 

Veo con preocupación que se han sobrecargado de trabajo y de ningún modo lo apruebo; tiene el doble inconveniente de agotarles y mantenerles demasiado tiempo fuera de casa.  Es totalmente contrario a las Reglas mantener ese continuo trabajo externo.

Eugenio recuerda al joven superior la necesidad de balancear el celo misionero y la vida religiosa, entre el “hacer” y el “ser”. 

Dejemos a un lado cualquier pensamiento demasiado humano. Si los misioneros de Lyon son llamados, que Dios bendiga su trabajo. Pero cuide no  abusar de su energía. En nombre de Dios, hay que volver a la comunidad para renovarse en el espíritu de la vocación, de lo contrario, se acabarán nuestros misioneros; pronto solo serán unos platillos que aturden…

Para lograrlo, el líder de la comunidad tenía dos importantes herramientas a su disposición. La primera era la Regla Oblata como norma objetivo a la que todos estamos comprometidos. La segunda era la “conferencia teológica” semanal, que normalmente era la lectura en comunidad de un libro religioso enfocado al crecimiento espiritual del grupo…

Sobre ti pesa la responsabilidad y es mi deber advertírtelo. Pon mucho cuidado en la estricta obediencia de las Reglas; entre otras cosas, recuerda que la conferencia teológica es obligatoria.

Carta a Bruno Guigues, Mayo 27, 1835, EO VIII núm. 516

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

QUIENES  TIENEN  RESPONSABILIDADES  DEBEN  PEDIR   POR ELLAS

Aun cuando tuvimos varias entradas antes de enfocarnos exclusivamente en las dos epidemias de cólera, es necesario recordar que como Superior General, Eugenio debía participar constantemente en la guía integral del espíritu y la misión de los Oblatos. De forma particular observamos a los jóvenes superiores en su tarea de guiar el espíritu de sus comunidades. 

Recuerda que debes ser el modelo de todos.
Medita con frecuencia sobre los deberes de tu cargo; no es poquita cosa;
pero ten cuidado contigo mismo.

Carta a Jean Baptiste Mille, Mayo 2, 1835, EO VIII núm. 513

El modelo de comunidad apostólica era el de Jesús y los apóstoles, de ahí la necesidad de la oración (oraison) sobre cómo llevarla a ser realidad en su vida. Una invitación a enfocar todas nuestras actividades y responsabilidades en la oración.

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

ME RETIENEN AQUÍ

Mientras los Oblatos y aquéllos en Marsella realizaban su ministerio con las víctimas del cólera, Eugenio se encontraba en la comunidad de Osier y luego Laus. Como vimos anteriormente, tuvo que salir de Marsella debido a la  situación política. Separado de quienes amaba y se encontraban en peligro de muerte, deseaba volver para estar con ellos. El Obispo Fortuné de Mazenod y el Padre Tempier (a quien había hecho un voto de obediencia en 1816) le habían prohibido regresar. Su correspondencia de julio y agosto de 1835 muestra su conflicto. Por una parte, se sentía llamado a estar con su gente y por el otro, debía obediencia a las dos personas con autoridad moral en su vida.

La correspondencia casi diaria de este período ocurre entre Marsella y ND du Laus, en la que Eugenio vio rechazadas todas sus solicitudes de volver. Presentamos algunos extractos: 

Su carta del 17, mi querido Tempier, me deja consternado. Al panorama de desolación de tantas familias, que me parte el corazón, se une el pensamiento del peligro que corre usted y que es también inminente para los Padres de Aix y Marsella. Me retienen aquí, cuando quisiera ir con usted y ellos, aunque no necesiten ser animados

Carta a Henri Tempier, Julio 20, 1835, EO VIII núm. 525

Comprenda, mi querido amigo, la cruel angustia en que me encuentro  desde que sé que usted, mi tío y mis amigos viven en medio de una epidemia mortífera como la que se puede esperar. No puedo expresar cómo me encuentro. Créame que desde el primer día que supe del peligro, pensé unirme a ustedes.

Carta a Henri Tempier, Julio 31, 1835, EO VIII núm. 528

Quería salir de aquí, sin hacer caso a las consideraciones que me han mantenido hasta hoy, pero el P. Tempier se unió a Monseñor de Marsella para exigir permanezca en Laus, adonde acaban de enviar novicios y oblatos sin jefe. Compadézcame y rece por mi

Carta a Bruno Guigues, Agosto 1°, 1835, EO VIII núm. 529

Es interesante observar que Eugenio, quien en todas las situaciones siempre fue el líder y superior, pudo ser obediente a sí mismo y a quienes se comprometió a obedecer.

Con la misma rapidez con la que se presentó esta epidemia de cólera en 1835, así terminó. Hemos dedicado bastante tiempo a la correspondencia en torno a ella, pues trae a la luz muchos de los valores y actitudes primordiales de cómo se vive la oblación en circustancias difíciles.

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

SE   SENTÍAN  COMO  INVESTIDOS   DE  UNA   FUERZA    SOBRENATURAL   QUE LES  PERMITÍA  REALIZAR SU  MINISTERIO  CON ÁNIMO  Y  ALEGRÍA

Eugenio sigue asombrado por lo que habían logrado los Oblatos con los más necesitados.

Es un verdadero prodigio, sobre todo en Aix. Jamás se podrá repetir lo hecho por esos buenos Padres, ya sea en el hospital o en la ciudad. El P. Lagier, que ha estado magnífico todo ese tiempo de prueba, me decía ayer que se sentían como investidos de una fuerza sobrenatural, que les permitía realizar su  ministerio con ánimo y alegría.
Los misioneros se caían de fatiga. Cuando apenas descansaban media hora, venían a despertarlos de nuevo diciéndoles: “Venga a confesar a los enfermos”, y no dudaban un instante, levantándose de prisa para salvar almas. Por eso, ni un solo enfermo rehusó la ayuda de la religión; todos, por el contrario, reprimían sus gritos de dolor para escuchar al sacerdote, contestar sus preguntas y recibir los sacramentos. Nuestros misioneros estaban inspirados, pues no temían concederles la comunión viéndoles tan bien dispuestos.  No terminaría de escribir sobre el particular…

Carta a Henri Tempier, Agosto 7, 1835, EO VIII núm. 531

… será una hermosa página para la historia de nuestra Congregación; y nunca se podrá relatar lo que todos nuestros Padres hicieron y el modo de hacerlo. Se puede decir que solo nuestros Padres realizaron el servicio en el hospital de Aix, pues solo llegaron un Jesuita y dos Capuchinos y estos últimos sólo se dedicaban al servicio corporal de los enfermos.

Carta a Henri Tempier, Agosto 16, 1835, EO VIII núm. 533

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario

MI ÚNICO RECURSO ES LA ORACIÓN

Habiendo recibido la orden de mantenerse lejos de Marsella, Eugenio confiesa su angustia por los Oblatos a su amigo y confidente, el Padre Tempier, y la única respuesta a su alcance.

No es vida, mi querido amigo, lo que paso ahora. Me preocupa el estado del corazón y del espíritu, que interrumpe continuamente el descanso. Mi único recurso es la oración, me es imposible hacer otra cosa. Además, mi imaginación solo me hace ver desgracia y desolación; mis nervios están alterados al punto en que a veces me sobresalto involuntariamente ante el pensamiento del mal o de la muerte de las personas queridas. Al no tener cartas de usted en dos días, me atormentó la idea de que tal vez hubiera muerto.
En la primera epidemia, al estar en los mismos lugares y compartiendo los mismos peligros, no me preocupaba por los demás ni por mí. Sentía que todos éramos invulnerables; ahora, que por mis pecados estoy a salvo, estoy siempre angustiado. Sin embargo, me parece que el Señor les cuida, pues hasta ahora nadie se ha contagiado en el servicio tan peligroso llevado con heroísmo por nuestros Padres.

Carta a Henri Tempier, Agosto 7, 1835, EO VIII núm. 531

Publicado en Uncategorized | Deja un comentario