Al inicio, la fundación de los Misioneros era una sociedad de sacerdotes para evangelizar a través de la predicación y los sacramentos. Dos años después, al convertirnos en religiosos con votos, la vida religiosa fue un componente fundamental de nuestra vocación. Así fue que se abrió la puerta a quienes desearan la vida religiosa de los Oblatos, sin ser sacerdotes. Para algunos de ellos enfocados en el ministerio clerical, esto representaba un problema, pues los Hermanos no podían realizarlo. ¿Entonces, por qué aceptarlos? Algunos sacerdotes Oblatos fueron tentados a ver a los Hermanos como sirvientes domésticos.
…sujeto que se había presentado para hermano? Había avisado al noviciado. Envié al Hno. Ferrand a Córcega, por lo que solo nos queda el Hno. Roux. Es una clase especial pero necesaria, y al encontrar a alguno, es importante darle una buena formación.
Carta a Bruno Guigues, Mayo 3, 1835, EO VIII núm. 514
Solo he podido enviar a Ajaccio a Guibert, a Telmon y al hermano Ferrand, sin el cual me dice Guibert no hubiera podido abrir el seminario; así de útil le es. ¡Para que después de esto no se tenga en cuenta a los hermanos! Es por ello que admitiré al Hermano Roux a la oblación perpetua. Envíenme a algunos de ustedes
Carta a Bruno Guigues, Mayo 27, 1835, EO VIII núm. 516
Les doy como referencia, “LA VISIÓN DE NUESTRA FUNDACIÓN HOY EN DÍA: TODOS SON HERMANOS, ALGUNOS SON SACERDOTES” http://www.eugenedemazenod.net/esp/?p=2646