Eugenio de Mazenod fundó a los Misioneros en 1816 para ser un grupo de sacerdotes para el ministerio sacramental y de predicación a los más abandonados de Provence: ministerio sacerdotal. Muy pronto los laicos sintieron el llamado a la vida religiosa apostólica y a la misión de la comunidad, aunque sin desear ser sacerdotes. Así, a partir de 1818 se abrió la posibilidad de ser religiosos como Oblatos, sin ser sacerdotes, iniciando la vocación como Hermano Oblato. Yo lo llevaría más allá: como el nacimiento de la Familia Mazenodiana y la participación de los laicos en el carisma recibido por Eugenio de Mazenod.
La misión de los Oblatos fue una desde el principio y todos participaban según sus aptitudes. Al inicio, los Hermanos apoyaban la misión a través de la oración común y de asegurar el funcionamiento de las estructuras de la comunidad para que los sacerdotes pudieran dedicarse por completo a la predicación y ministerio sacramental. Más adelante pudieron participar en la evangelización de formas más directas.
Surgió un problema, pues algunos de los sacerdotes los trataban como trabajadores domésticos. Eugenio luchó mucho para corregir esa situación, y escribió en su Diario:
“Carta del P. Vincens sobre su noviciado y lo que concederá a los hermanos a quienes no debe considerar como trabajadores domésticos asalariados. Así, su trabajo debe ser complementado por ejercicios piadosos y todo lo que la regla prescribe.”
Diario de Eugenio de Mazenod, Diciembre 8, 1842, EO XXI
El Padre Jetté comenta:
«Una breve revisión histórica puede ayudarnos a comprender mejor esta distinción en la vida de los Oblatos. Al principio, el deseo de Eugenio de Mazenod fue establecer una Sociedad de sacerdotes que dedicaran sus vidas a evangelizar a los pobres, en especial a predicar misiones y celebrar los sacramentos (Reconciliación y Eucaristía). Dichos hombres fueron llamados “misioneros” y “hombres apostólicos”. Pronto se les unirían laicos que deseaban consagrarse a Dios en la vida religiosa Oblata y cooperar, según su educación y aptitudes, con la actividad misionera de los “hombres apostólicos”…
Desde entonces y hasta nuestros días, ha cambiado la terminología: los términos “misionero” y “hombres apostólicos” se aplican por igual a los Hermanos y a los sacerdotes.
El Hombre Apostólico pp. 47 -48
Hoy en día los Hermanos participan en la misión Oblata de distintas formas y la Constitución de la Regla expresa esta misión unificada:
“Reúne en comunidades apostólicas a sacerdotes y Hermanos que se ligan a Dios por los votos de religión. Cooperando con Cristo Salvador e imitando su ejemplo, se consagran principalmente a la evangelización de los pobres.”
Y en la C 7:
“Los Oblatos, sacerdotes y Hermanos, tienen responsabilidades complementarias en la obra de la evangelización.”
Al igual que los sacerdotes y Hermanos, tenemos responsabilidades complementarias en la evangelización, y podemos también decir que todos los miembros de la Familia Mazenodiana somos responsables complementarios en ella.