SÁBADO DE LA 2A SEMANA DE CUARESMA

“Me levantaré, volveré a mi padre…”.  (Lc 15:18)

“Eres mi bienhechor particular, que me ha aplicado tus méritos de un modo del todo especial; mi amigo generoso, que ha olvidado todas mis ingratitudes para ayudarme tan poderosamente como si te hubiese sido siempre fiel; mi tierno padre, que ha llevado a este rebelde sobre sus hombros, que lo ha confortado sobre su corazón, que ha limpiado sus llagas”. 

La experiencia de Eugenio de Mazenod de ser el hijo pródigo EO XIV núm. 95    

REFLEXIÓN

¡Oh, Padre el más tierno y amoroso de todos! Estás dispuesto a recibir a este hijo pródigo, a cambiar mi aflicción en alegría y mi sufrimiento en felicidad. ¡Quién admira lo suficiente tal exceso de bondad! Mi alma aborrece mis trastornos anteriores…  Deseo sinceramente volver a ti, mi Padre: todos mis pensamientos, afectos, deseos y acciones serán los pasos de este día que me lleven de vuelta a ti.

(Libro católico de oraciones y manual de meditaciones)

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