POR LO DEMÁS, HAGO LO POSIBLE POR DEJÁRSELO A DIOS

Preparar el camino para presentar su petición al Papa involucraba solicitudes a varias personas.

Visita al Obispo Caprano, secretario de la Propaganda, para comentarle sobre los favores que debo solicitarle y pedir lo nos rechace. Tuve un buen recibimiento del prelado y me prometió su ayuda.

Diario en Roma, Diciembre 7, 1825, EO XVII

Tres días después Eugenio se enteró de que la persona responsable de realizar las citas con el Papa, no le recordaba en absoluto.

“Antes de salir del Vaticano, subí a los apartamentos del Papa para preguntar si el Obispo Barberini había solicitado una audiencia para mi; que había olvidado por completo. Habría sido una ocasión espléndida si solo hubiera deseado ver al Papa y besar sus pies, pues no había nadie esperando pasar; podría haberme hecho anunciar, aunque tuve cuidado de no hacerlo, porque no habiendo previsto que podría estar ahí, no había llevado mi petición. No asumí que el Cardenal de Gregorio le había visto desde que prometió hablarle de mí, así que preferí esperar, sabiendo cómo las primeras impresiones quedan marcadas.  Por lo demás, hago lo posible por dejárselo a Dios. 

Decidí celebrar la santa Misa todos los días de la octava de la Santísima Virgen por la gracia que buscamos, sin descuidar por otro lado, los recursos humanos que hay que utilizar. Si después de ello no tengo éxito, no tendré nada que reprocharme”. 

Carta a Henri Tempier en Marsella, Diciembre 9, 1825, EO VII núm. 211

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