“Protégeme, porque estoy sola y no tengo más defensor que tú, Señor, y voy a jugarme la vida. Señor, yo sé, por los libros que nos dejaron nuestros padres, que tú siempre salvas a los que te son fieles. Ayúdame ahora a mí, porque no tengo a nadie más que a ti, Señor y Dios mío”. (Ester 4: 16)
“Hay que tener algo de valentía y confianza en que Dios nos señala el camino y no nos abandonará cuando trabajamos en su nombre y para su gloria”.
Carta al P. Eugene Guigues en Canadá, Diciembre 5, 1844, EO I núm. 50
REFLEXIÓN
GUÍA, Luz de Bondad, entre el brillo que nos rodea
¡Guíame!
La noche es oscura y me encuentro lejos de casa
¡Guíame!
Lleva tú mis pies; no pido ver
Lo que hay a la distancia, un paso es suficiente para mí.
(John Henry Newman)