PERSUADIR A LAS PARTES PARA ACEPTAR SUS DECISIONES, MOTIVADAS POR EL ESPÍRITU DE IMPARCIALIDAD

Aun cuando el compromiso del  Obispo Eugenio de Mazenod se encontraba en Marsella, siempre siguió con gran interés el trabajo misionero de cada uno de sus hijos Oblatos. 

“Continúa esa carrera con confianza y ánimo, viendo que es Dios quien guía tus pasos y te ayuda.”

Luego hace referencia al ministerio conciliador que los Oblatos realizaban en Córcega entre violentas facciones opuestas.  No era solo necesario lograr la reconciliación en las emociones y las palabras, sino dar a cada parte la oportunidad de expresar sus reclamos (generalmente respecto a la pobreza y el poder) y luego trabajar juntos en una solución acordada mutuamente. Los Oblatos se convirtieron en mediadores neutrales para arbitrar un acuerdo permanente. 

“Sin duda apruebo que acepten arbitrar los litigios que mantienen la discordia en las familias, pero para ello es necesario que tengan algún conocimiento de las leyes sobre la materia; tendrían que leer el código civil, pues hay que cuidarse de no arriesgar decisiones que fueran opuestas a las leyes. La equidad no siempre es suficiente.
Hay que actuar con mucha prudencia en todos los casos, y persuadir en cuanto sea posible a las partes, para aceptar sus decisiones, motivadas por el espíritu de imparcialidad.”

Carta al P. Etienne Semeria, Noviembre 10, 1841, EO IX núm. 748

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