Eugenio consultó con todos los Oblatos antes de aceptar enviar misioneros a Canadá.
“No me atreví a responder en forma positiva al obispo, aunque le prometí ocuparme de su solicitud y que a su regreso le tendría una respuesta
Mi deseo era consultar con todos los miembros de la sociedad y no responder al obispo de Montreal hasta haber obtenido su aceptación. Siendo una misión lejana, hacía falta abnegación para aceptarla y solo podía confiarla a hombres de buena voluntad y de dedicación.”
Luego describe su reacción a la consulta.
“Primero llamé a algunos de mis superiores locales, que en seguida tuvieron preguntas en ese sentido. Algunos otros miembros de la congregación fueron informados… y se ofrecieron para ir entre ellos. Todos me aseguraron que sería unánime acoger tan hermosa propuesta.”
Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 15 y 16, 1841, EO XX