En la nota en su diario acerca de la solicitud del Obispo Bourget para enviar algunos misioneros Oblatos a Canadá, Eugenio ve con entusiasmo las posibilidades que se abren para la Congregación.“
Él me pedía al menos cuatro misioneros a quienes pagaría el viaje y daría un puesto en su diócesis para atender las necesidades de la comunidad, lo cual podría acrecentarse en el futuro, no solo con quienes le enviara, sino también con los que él espera se le unan en ese país.
Nuestros misioneros se encargarían de realizar misiones en las diversas parroquias de su diócesis y podrían también evangelizar a los nativos, cuando alguno de ellos haya aprendido la lengua.
He ahí una hermosa misión que se presenta ante nosotros. Todos a quienes he comentado al respecto han recibido la idea con entusiasmo.”
Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 15 y 16, 1841, EO XX
A partir de ese momento y hasta hoy, se han presentado ante nosotros hermosas misiones en más de 65 países. Todo lo que se necesitó fue prestar atención a que Dios abría la puerta y continúa haciéndolo en todos los aspectos de nuestras vidas hoy en día.