FOLKLOR Y CULTO

 “Confirmación en mi capilla, como todos los lunes. Visita del buey del Corpus, que quisieron llevar al gran salón. La gente llenaba el obispado. Tuve que hacer honor a tan hermosa visita. Todos ellos mostraron mucho interés, relatando las cosas más halagadoras: Noustre bel evesque nous fas tant de plaisir de lou voire, etc.”  (Ed. Provenzal: “Nos da mucho gusto ver a nuestro agradable Obispo”)

Por muchos años la Corporación de Carniceros de Marsella había hecho de un buey parte de la procesión de Corpus Christi. Originalmente, el motivo era recordar a los animales en el Templo de los sacrificios de Israel. En Provence se había convertido en parte del folklore que un niño vestido como Juan el Bautista montara un buey cubierto de flores y los carniceros lo acompañaran disfrazados.  Por ser importante para la gente, en principio Eugenio lo había permitido, pero más adelante fue cancelado, pues se perdía el enfoque de honrar al Santísimo Sacramento.

Termina el comentario en su diario de forma irónica:

“Cinco francos para el pequeño Juan Bautista, 10 francos a los nobles carniceros vestidos como Enrique IV, excepto la capa. Regalo al conductor de la víctima, todo termina con dinero.”

Diario de Eugenio de Mazenod, Junio 11, 1838, EO XIX

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