DEMOS  GRACIAS  AL  SEÑOR  POR  HABERME  HECHO  PARTICIPAR  ESTE AÑO ABUNDANTEMENTE DEL DOLOR DE SU PASIÓN

¡Un Viernes Santo para recordar! Treinta años antes Eugenio había recibido la gracia de comprender el significado de la Cruz en su vida. Ahora, en 1838, había sido difamado en público por un antiguo sirviente doméstico, quien más tarde aceptaría haber inventado lo dicho.  Aprovechando la situación, algunos que se comportaron en forma hostil hacia la Iglesia en Marsella, estaban por imprimir un panfleto el Viernes Santo para hacer quedar peor al obispo.

Eugenio había planeado pasar el Viernes Santo meditando en paz a los pies de la Cruz, pero el Salvador tenía otros planes para él, en que experimentaría la Cruz de una forma más holística.

“Viernes santo. ¿Por qué estos días santos han de verse enturbiados, y el alma que desea estar a los pies de la cruz se ve apartada de la único que desea para su espíritu y corazón? Los malos vigilan hoy, como en tiempos del divino Salvador. Demos gracias al Señor por haberme hecho participar este año abundantemente del dolor de su pasión. Debo sacar provecho de ello.”

Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 13, 1838, EO XIX

Como seguidores de Jesús, Eugenio y Pablo nos alientan en nuestro camino cotidiano, por difícil que éste pueda ser:

“A fin de vivir para Dios, crucificado juntamente con Cristo. Ya no soy yo quien vive; es Cristo quien vive en mí. Mi vida en este mundo consiste en creer en el Hijo de Dios que me amó y se entregó por mí.” (Gálatas 2:19-20)

“No es que ya lo haya alcanzado o que ya haya llegado a ser perfecto, sino que sigo adelante, a fin de poder [a] alcanzar aquello para lo cual también [b] fui alcanzado por Cristo Jesús.” (Filipenses 3:12)

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *