MI VOLUNTAD INQUEBRANTABLE DE ESTABLECER LA VIDA EN COMUNIDAD DEL PÁRROCO Y LOS VICARIOS EN TODAS LAS PARROQUIAS

Tras haber sido instalado como Obispo de Marsella, una de las primeras acciones de Eugenio fue insistir en que los sacerdotes diocesanos ya no vivieran solos o con sus familias, sino fueran a vivir como comunidad en su parroquia asignada.  Como religioso, Eugenio tenía la convicción de la importancia de la vida comunitaria y el apoyo mutuo que como sacerdotes necesitaban para realizar su ministerio parroquial. Esta fue su lucha constante en los siguientes 24 años, pues la mayoría prefería su independencia al yugo de la vida en comunidad.

“Carta al señor Gay, párroco de Cassis, invitándolo a venir y tratar conmigo los arreglos necesarios para el nuevo puesto que le he dado. Le expreso con toda claridad mi voluntad inquebrantable de establecer la vida en comunidad del párroco y los vicarios en todas las parroquias, empezando por la suya. Le informo de los cambios que he hecho para que a su llegada encuentre todas las facilidades a este fin.” 

Diario de Eugenio de Mazenod, Febrero 11, 1838, EO XIX

La comunidad apostólica fue la base y razón del éxito de todos los ministerios Oblatos. Eugenio estaba convencido de la eficacia de este modelo Bíblico de discipulado, que da testimonio de la presencia permanente del Salvador, a pesar de las dificultades humanas encontradas en ocasiones:

“La congregación de los que creyeron era de un corazón y un alma. Ninguno decía ser suyo lo que poseía, sino que todas las cosas eran de propiedad común. Con gran poder los apóstoles daban testimonio de la resurrección del Señor Jesús[a], y había abundante gracia sobre todos ellos.” (Hechos 4:32-33)

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