EN    LAS   GRANDES   PENAS   UNO   NECESITA   DESCANSAR   EN   EL   CORAZÓN DE LOS QUE AMA

Como padre de la familia Oblata, Eugenio sufría con ellos. Necesitaba apoyo como humano, en especial al momento de la muerte del Padre Pons. Aquí vemos su respuesta a la carta de apoyo de uno de sus Oblatos.

Decía al P. Courtés, mi querido hijo, que tu carta y la suya me han hecho un gran bien, pues en las grandes penas uno necesita descansar en el corazón de los que ama. Los decretos de Dios son impenetrables, deshacen todas las combinaciones inspiradas por el celo más grande por la gloria de Su nombre.  Dios abre un amplio campo ante nosotros, nos llama a cosecharlo y al lanzarnos  en obediencia a su voz, nos quita la hoz de las manos. Que Su santo nombre sea bendito.

Carta a Casimir Aubert, Septiembre 20, 1836, EO VIII núm. 587

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