Al enviar al recién ordenado Padre Calixte Kotterer, quien parecía ser conocido por ser difícil, Eugenio comenta al superior de la comunidad respecto a sus fortalezas y debilidades.
Lo que llama mi atención es el espíritu de calidez fraterna y amistad que Eugenio desea para todas las comunidades y su deseo de que cada miembro muestre lo mejor de sí.
Querido P. Guigues, esta carta le será entregada por nuestro P. Ketterer, quien quedará bajo su obediencia. Le aseguro que al ser tan de su agrado, no fue un gran esfuerzo ir a ese lugar. Parte con la mejor disposición y el P. Ketterer tiene gran estima y afecto por usted al escuchar a sus hermanos, y espero se ganará su amistad y la de los demás Padres de la casa. Sigo pensando que es el más apto para ese lugar. Le recomiendo cuidarle. Aun cuando tiene algún defecto de carácter, es susceptible a buenos procedimientos. Tiene buen corazón y disposición a razonar. Me parece que su carácter ha mejorado.
Carta a Bruno Guigues, Junio 9, 1835, EO VIII núm. 518