Mientras dispensaban ayuda a quienes tanto sufrían, Eugenio y su tío, el Obispo Fortuné, lograron enfocar la atención de la gente de Marsella en oración concentrada. La población tenía una devoción especial al pequeño santuario de Notre Dame de la Garde en la colina que dominaba la ciudad. En especial la gente amaba la estatua de la “Buena Madre” que representaba a María “cuidando” a la ciudad y al mar. Eugenio escribió:
Haremos súplicas solemnes. Mañana bajarán a la Virgen de la Guardia para ser expuesta en la Catedral durante tres días. Haremos después una procesión general con el Santísimo, como podrás verlo en la pastoral que te enviaré.
Carta a Casimir Aubert, Marzo 10, 1835, EO VIII núm. 508
Algunos días después escribe una carta a su madre y le describe el evento:
En este momento tenemos a la vista algo encantador. Es una explosión de devoción a la Santísima Virgen, que no solo se ha manifestado durante el trayecto de la montaña a la catedral, sino que prosigue en forma continua. La catedral, donde ha sido expuesta la imagen, no se desaloja desde las 5 de la mañana hasta las 7 de la tarde. Cuando digo que no se desaloja, es que todo el amplio edificio está constantemente lleno, desde el altar hasta el órgano; hemos dejado entrar al coro, que siempre está lleno de hombres. No se puede menos que llorar de alegría. Así que debo obligarme a dejar ese templo, y si no me reclamaran tantos asuntos en otras partes, no saldría de allí: mi corazón se regocija ante tan admirable devoción. Meparece imposible que el Señor no se deje conmover y que su divina Madre no nos obtenga misericordia. No sé qué ocurrirá. El hecho es que ayer, en lugar de tantos casos que diariamente sembraban horror en nuestro barrio, solo tuvimos uno; y San Lorenzo, que sufría igual que nosotros, solo tuvo dos. Es una enorme disminución. Esperemos…
Carta a su madre, Marzo 1835, EO XV núm. 176
Beaudoin nos comenta: “La estatua de N.D. de la Garde fue expuesta en la catedral del 8 al 12 de marzo. El día 12 hubo una procesión de la catedral a la iglesia de San Martín, donde el Santísimo Sacramento estuvo expuesto por nueve días. Esos días de oración concluyeron con otra procesión el 22.”