LO MEJOR ES ABANDONARME A DIOS

Basta de reflexión sobre el pasado. Lo mejor es abandonarme a Dios, para dedicarme en especial a considerar lo que va a operarse en mí por virtud del Altísimo, y las obligaciones que voy a contraer al recibir la plenitud del sacerdocio de Jesucristo.

Así, el futuro obispo pasa el resto del retiro meditando en las oraciones del rito de consagración y lo que resaltan acerca del significado de ser obispo. Sucesor de los apóstoles:

Realmente yo, ceniza y polvo como soy, seré elevado entre los Príncipes del Pueblo de Dios, pues seré agregado al Colegio apostólico, revestido del carácter que fueron ellos, voy a sucederles y a participar en una porción de su poder: … a participar de la solicitud de las Iglesias, a comunicar a mi vez al Espíritu Santo, cooperando a perpetuar el sacerdocio en la Iglesia de Jesucristo, para juzgar, interpretar, consagrar, ordenar, ofrecer, bautizar y confirmar

Postrado durante el canto de la Letanía de los Santos:

Y yo ¿me excedo al concentrarme en el pensamiento de mi nada, postrándome rostro a tierra, al llamar al Señor, implorando su misericordia, su gracia todopoderosa, la ayuda de su diestra, al invocar con fervor, con las manos unidas, los ojos llorosos, a la Santísima Virgen mi Madre, a los santos Ángeles, a mis santos Patronos, a todos los santos del paraíso y a todos los justos de la tierra, e incluso a las santas almas del Purgatorio, pues estoy convencido de que, aunque no puedan merecer, pueden obtener su intercesión?…
¡Oh Dios Santísimo, dame la gracia para entrar en este gran misterio …

Diario de Retiro antes de ser consagrado obispo, Octubre 7-14, 1832, EO XV núm. 166

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