NUESTRAS ACCIONES Y SERVICIO SOLO TIENEN VALOR AL HACER LO QUE EL SEÑOR NOS PIDE

Es solo al observar nuestras aspiraciones a la luz de la Palabra de Dios, que encontraremos paz y daremos fruto.

Nada hay tan común como encontrar grandes pecadores entre los predicadores, los confesores y todos esos ministros entregados a los caprichos de su voluntad. Los santos se dan entre los obedientes que reciben modestamente su misión en otras condiciones. En nombre de Dios, reflexiona sobre estos pensamientos.
Quien quiera que seamos, somos servidores inútiles de la causa del Padre de familia. Nuestras acciones y servicio sólo tienen valor al hacer lo que el Señor nos pide.
¡Ay de aquel que desprecie los servicios pequeños por creerse apto para los más elevados! Su cuenta pronto quedará cancelada. Aun más, pronto cambiará de Señor: Lucifer por Jesucristo. Confía en mi experiencia.

A Jean Baptiste Mille, Mayo 30, 1832, EO VIII núm. 423

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