“Mi mandamiento es éste: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Juan 15, 12)
Eugenio continúa meditando en su retiro:
Íntimamente unidos a Jesucristo, su jefe, formarán una sola cosa entre ellos como hijos, muy estrechamente unidos por los lazos de la más ardiente caridad, viviendo bajo la obediencia más perfecta, para adquirir la humildad que les es tan necesaria:
“Unidos firmemente por los lazos de la caridad fraterna, no deben apesadumbrarse con señales de indiferencia o frialdad”
Notas de Retiro, Octubre 1831, EO XV núm. 163