Eugenio concluye su meditación sobre las virtudes, resumiendo el objetivo y medios para poner el Evangelio en práctica “Amad al Señor su Dios con toda su mente, con todo su corazón, con toda su alma y amad a su prójimo como a ustedes mismos”. El camino para lograrlo: “Mi mandamiento es éste: Ámense los unos a los otros, como yo los he amado” (Juan 15, 12)
“Como yo los amo” Las virtudes nos muestran los medios, las cualidades necesarias para estar conscientes del amor de Jesús por nosotros.
Ya sea en las misiones o en casa, su preocupación principal siempre será avanzar hacia la perfección religiosa. Cultivarán en especial la humildad, la pobreza, el negarse a sí mismos, el espíritu de mortificación y de fe, la pureza de intención, etc. En una palabra, INTENTARÁN CONVERTIRSE EN OTROS JESUCRISTOS (y siempre Jesucristo como modelo), propagando por doquier la fragancia de sus adorables virtudes.
Notas de Retiro, Octubre 1831, EO XV núm. 163