Recordemos el contexto particular de estas reflexiones diarias: Eugenio medita a diario sobre las Constituciones y Reglas durante su retiro anual en 1831. Es el enfoque a través del cual analiza su vida y la de su familia religiosa misionera, que “mantiene nuestra salvación en mente”.
Los Misioneros predican y guían a los demás por el camino de la salvación, aunque están en riesgo de llegar al agotamiento o perder el enfoque, a menos que utilicen la Regla para mantener su determinación. De la palabra en latín “regula,” la regularidad significa seguir el espíritu y las normas de la Regla.
No olvidemos nunca que la Regla de Reglas es el Evangelio – y las Constituciones y Reglas de cualquier congregación religiosa y sus asociados es nada menos que una reflexión particular y la aplicación del Evangelio. Eugenio dice respecto a la Regla, que cualquiera puede aplicar los mismos principios al leer el Evangelio.
Así, al tener en mente nuestra salvación y no desear correr el riesgo de ir a la deriva después de predicar a los demás, estaremos lejos de experimentar el menor disgusto de esta regularidad, que es la mejor forma de conservar la virtud en nuestras almas.
Una vida comunitaria sana ayuda a sus miembros a vivir la “regularidad” del Evangelio:
Será mejor lamentar que las tareas que se nos impongan por la caridad nos alejen tan frecuentemente y por tan largos períodos de la comunidad, donde reina la disciplina regular y que por gran parte de nuestra vida se nos prive, a nuestro pesar, de su buena influencia.
Notas de Retiro, Octubre 1831, EO XV núm. 163