ME QUEJABA ENTONCES EN CIERTO MODO A DIOS POR HABERME DADO MÁS PENSAMIENTOS, MÁS DESEOS, MÁS MEDIOS Y MÁS VOLUNTAD QUE FUERZA

El cumpleaños de Eugenio le encontró en el humor sombrío y reflexivo de quien tiene limitaciones al recuperarse de una grave enfermedad y sentirse frustrado.

1830 marca el inicio de una época muy difícil en la vida de Eugenio. Se trató de una noche oscura que duraría varios años y de la cual surgiría una persona con más sabiduría y madurez.

Al fijar la vista en la fecha de esta carta, recordará mi querido amigo, que hoy cumplo49 años. Ayer ocupé todo el día en los pensamientos que me trajo el final de mis 48 años. Gemí, como puede imaginarse, por cantidad de dificultades; di gracias a Dios por muchos favores, pero me entristecí —y en eso hice mal— al encontrar en mi vida un campo más vasto del que he recorrido, quiero decir que me parecía no haber realizado mi tarea. ¿Es culpa mía? ¿Es culpa del tiempo?

Mirando atrás en su vida, toma conciencia de no haber logrado lo que hubiera podido. Se pregunta si fue su culpa o de las circunstancias.

El director a quien confié este pesar piensa fue falla del tiempo y las infortunada circunstancias. Me quejaba entonces en cierto modo a Dios por haberme dado más pensamientos, más deseos, más medios y más voluntad que fuerza.

Rumiando sobre lo que podría haber logrado de no haber encontrado esos obstáculos, desea haber nacido en circunstancias diferentes.

Si para ser justo, reconocía que a menudo me aproveché de las situaciones en que actuaba, incluso con cierta valentía en medio de obstáculos de todo tipo, lamentaba de alguna forma no haber estado en otro tiempo y alguna otra situación, donde habría podido utilizar toda la energía que había en mí, que se extingue por falta de sustento.

Carta a Henri Tempier, Agosto 1°, 1830, EO VII núm. 351

Recordemos que se encuentra convaleciente al escribir al Padre Tempier, su confidente y confesor, reflexionando en voz alta al escribir sobre sus íntimos pensamientos y cuestionamientos. Tenemos acceso a una mirada inusual a la frustración de alguien  acostumbrado a ser un hombre de acción y constante actividad, quien ahora se encontraba imposibilitado.

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