LUCHANDO POR LA ARMONÍA EN LA COMUNIÓN DE LOS SANTOS

Entonces, permítanos regocijarnos mutuamente sobre todos los bienes realizados por nuestros hermanos en las cuatro partes del mundo. Es, totalmente, una cuestión de solidaridad con nosotros. Cada uno trabaja por todos y todos por cada uno. ¡Oh, qué hermoso! ¡Es como palpar la comunión de los santos!

Carta a Jean Baudrand, 11 de Enero de 1850, EO I n. 126

El concepto de todos los miembros de la Iglesia formando una “comunión de santos” –una familia en Dios- es uno de los que aparece de forma transversal en los escritos de Eugenio. Nuestra Regla de Vida hoy continua acentuando la necesidad de trabajar con un espíritu de fraternidad en la iglesia local:

En las Iglesias locales donde trabajan, coordinan su actividad misionera con la pastoral de conjunto y colaboran fraternalmente con los demás obreros del Evangelio.

CC&RR, Constitución 6.

La descripción de Leflon de la misión en Marsella en 1820 refleja el esfuerzo por buscar la armonía a pesar de las debilidades humanas.

El párroco de la Catedral, en concreto, no quería a los Misioneros de Provenza, aunque ellos habrían sido más apropiados para su rebaño; sus parroquianos reaccionaron a su metedura de pata acudiendo en masa a la iglesia de Saint Laurent y a la Iglesia de Carmes, para oír al Fundador, añadiendo de esta forma más abarrotamiento a aquellas dos iglesias.

En su carta, el presidente relataba la observación realizada al P. Gautier, párroco de la catedral, por el párroco de Saint Theodore, el P. Bonnefoy, quien había defendido al P. De Mazenod durante un encuentro de coadjutores y párrocos de las iglesias de la ciudad:

“Hoy no es la primera vez que te has declarado en oposición a los venerables Misioneros de Aix. ¿Qué razón puedes tener después de haber requerido a los caballeros procedentes de París como predicadores en tu iglesia, lo que ha forzado a tus parroquianos que no les entendían mejor que si hablaran en Ruso, a acudir en masa a Saint Laurent y a Carmes? El fallo es tuyo y no de los sacerdotes de Aix.

Relatado por el Presidente de Mazenod a Fortunato, 14 de Marzo de 1820, FB VI-3.

A pesar de la debilidad humana y las divisiones, se consiguió la armonía en la misión

Aunque cada grupo misionero había hecho el trabajo de Dios y había ganado gran popularidad, no eran solicitados por la misma clase de personas. Los Provenzales eran los favoritos en los barrios obreros mientras que los Parisinos monopolizaban el favor de los barrios aristócratas y burgueses. Cada grupo se había adaptado respectivamente a estos barrios debido a su estilo de predicación. Junto con el reparto satisfactorio del trabajo, mantuvieron la más completa armonía entre ellos mismos, debido a la amistad que existía entre sus líderes, Forbin Janson y de Mazenod.

Leflon 2, p. 115 – 116

 

«El primer paso para la evolución de la ética es el sentido de la solidaridad con otros seres humanos.»     Albert Schweitzer

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