-
Entradas recientes
- POR LO DEMÁS, HAGO LO POSIBLE POR DEJÁRSELO A DIOS
- SOLO DIOS SABE CÓMO RECOMPENSAR LO QUE HEMOS HECHO POR ÉL, ASÍ QUE DEBEMOS HACER TODO POR COMPLACERLO
- ES UN CONSOLACIÓN PARA MÍ RESPIRAR EL MISMO AIRE, OFRECER EL SANTO SACRIFICIO EN LOS MISMOS ALTARES, PODER ORAR EN SU TUMBA
- NO HAY RINCÓN DE ROMA QUE NO SEA UN MONUMENTO DE FE O PIEDAD.
- LOS MÁRTIRES ROMANOS SIGUEN SIENDO OBJETO DE VENERACIÓN DE LOS PUEBLOS
Comentarios recientes
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en ES UN CONSOLACIÓN PARA MÍ RESPIRAR EL MISMO AIRE, OFRECER EL SANTO SACRIFICIO EN LOS MISMOS ALTARES, PODER ORAR EN SU TUMBA
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en NO HAY RINCÓN DE ROMA QUE NO SEA UN MONUMENTO DE FE O PIEDAD.
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en LOS MÁRTIRES ROMANOS SIGUEN SIENDO OBJETO DE VENERACIÓN DE LOS PUEBLOS
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en LA CIUDAD DE ROMA COMO COMPENDIO DEL CRISTIANISMO
- Rosa Emilia Simbron Cano Vda. De Távara LaOMI en GRACIAS A LA LENTITUD DE MONSEÑOR, AÚN NO HE VISTO A NADIE
Archivos
Meta
ENARBOLAR EL SIGNO DE LA SALVACIÓN, LA CRUZ DEL SALVADOR JESÚS
Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.
El padre Aubert dejó el Oeste en 1850 y residió hasta 1857 en el obispado de Bytown (Ottawa), donde fue vicario general de 1851 a 1856, superior de la casa del obispado de 1854 a 1857 y capellán de las Hermanas Grises de la Cruz (hoy llamadas Hermanas de la Caridad de Ottawa) de 1855 a 1857. Fue con este último título que trabajó en la construcción de la comunidad. Nombrado superior de la casa San Pedro Apóstol de Montreal en 1857, el padre Aubert actúa en calidad de teólogo de Mons. Ignace Bourget, obispo de Montreal, en el tercer concilio provincial celebrado en Québec, en 1863… Enfermo, regresó a Francia en 1865 y fue nombrado superior del Santuario de N.-D. de Lumières. Elegido asistente del Superior general dos años más tarde, permaneció en París hasta su muerte. Como asistente, el padre Aubert fue un consejero prudente e intermediario entre el Superior general y las autoridades canadienses. Ninguna decisión importante se tomaba sin ser consultado. Se interesó especialmente por las obras de los Oblatos en Canadá y también por el asunto de los soldados zuavos pontificios. En 1870, el padre Aubert acompañó a Mons. Guigues al concilio Vaticano I como teólogo”. (Gastón Carriere: