Abundan ejemplos en todas las misiones. En el relato de la misión de Marignane, Eugenio ofrece algunos ejemplos de la utilidad del método de buscar a los más abandonados para acercarlos al Salvador:
Después de las Misas continuaron las visitas. Fueron tan consoladoras como en la víspera, y nos confirmamos en la opinión que habíamos concebido de su gran utilidad. De nuevo hemos descubierto un concubinato que esperamos hacer que cese pronto, pero sin esa visita habría durado todavía mucho tiempo.
También encontramos a un hombre que hace 7 años cayó en un estado de sordera absoluta que le impide oír hasta el ruido del cañón. Este hombre, por la imposibilidad de oír, se había alejado de la Iglesia. Hemos juzgado por su modo de razonar que era muy apto para recibir los sacramentos y se lo dimos a entender por signos. Antes de haber perdido el oído había tenido como directores a excelentes sacerdotes; está suficientemente instruido, razona bien, tiene sentimientos de grande piedad. Cuando le mostramos el crucifijo, se precipitó encima para besarlo con emoción
Diario de la misión de Marignane, el 19 de noviembre 1816, E.O. XVI