LA NECESIDAD DE COMUNIDAD EN LOS SACERDOTES DIOCESANOS

En la vida del Obispo Eugenio y como Misionero Oblato, la vida comunitaria era un aspecto esencial. Entendía la dificultad de vivir y trabajar solo, sin el apoyo fraterno y el vínculo a una comunidad, que podría llevar al sacerdote a sucumbir ante los problemas. La entrada en su diario a continuación, nos muestra que esto era lo que había sucedido a uno de los sacerdotes en su diócesis.

¿Es una advertencia o es un reproche lo que el Señor me hace este día? Acabo de informarme que un sacerdote de mi diócesis se comporta mal, de lo que concluyo que debo empeñarme más que nunca en que los sacerdotes vivan en comunidad. Este llegó a tal exceso solo gradualmente.

La solución de Eugenio fue insistir en que vivieran juntos todos los sacerdotes diocesanos que trabajaran en una misma parroquia. Su petición ocasionó una mayor oposición del clero.

¿No tengo que reprocharme el haberme detenido ante los obstáculos casi invencibles, hay que concederlo, que de todas partes se oponen a la resolución que yo había tomado de obligar a mis sacerdotes a vivir en comunidad? Este ejemplo me dará un argumento más cuando por fin rompa todos los obstáculos que cada uno no ha cesado de oponer a la ejecución de un plan que sólo se había concebido con miras sobrenaturales para honor de la Iglesia y preservación del clero.

Su reacción le había desalentado mucho y no presionó con la fuerza necesaria.

Por poco que me hubieran secundado, yo habría alcanzado más resultados de los que he podido lograr. ¿No se ha dicho que yo era el único que mantenía esta postura y que me vería bien obligado a renunciar a ella?

Diario de Eugenio de Mazenod, Octubre 3, 1844, EO XXI

Eugenio insistió en ello hasta el día de su muerte, aunque fue una batalla perdida que se disolvió al día siguiente de su fallecimiento.