ME CONGRATULO POR SER DOBLEMENTE TU AFECTUOSO PADRE

Eugenio siempre tuvo un fuerte sentido de ser el padre espiritual de cada Oblato en la Congregación que Dios había fundado a través de él. En esta carta vemos cómo expresa este sentimiento al escribir al Hermano Chauvet, un escolástico que se preparaba para la ordenación sacerdotal.

“Mi querido Hno. Chauvet, tu carta me ha complacido mucho… sólo nos queda decidir el momento de las diversas órdenes que deberás recibir. Pienso que sería conveniente me visitaras brevemente antes de la próxima cuaresma para que te otorgue el subdiaconado en preparación para el diaconado, y decidiríamos entonces cuándo recibir el sacerdocio, que completará la gracia que Dios te reserva en la Congregación a la que te ha llamado, de tanta felicidad para ti y tan útil para la Iglesia”.

Además de la alegría de tener un futuro sacerdote en la Familia Oblata, el Obispo Eugenio, quien le ordenaría, mencionaba la relación especial con todos los que recibían el sacramento de él.

“El Señor me reservaba el gozo de al imponerte las manos, identificar de algún modo tu alma con la mía y estrechar así de una manera más perfecta el lazo que ya te une a mí. Pienso en ello con  verdadera satisfacción, espero que compartas este sentimiento y que pidas por mí con más frecuencia y fervor, para que siendo más santo pueda agregar al «opus operatum» un gran «opus operantis» en el sacramento que pronto podré administrarte”.

Eugenio se consideraba ser doblemente padre, a través de la imposición de manos como Obispo, y como  Superior General.

“Adiós mi querido hijo, me congratulo por ser doblemente tu afectuoso padre”.

Carta al Hermano Cyr Chauvet, Diciembre 29, 1843, EO X núm. 828

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