ME COMENTAN QUE NO SON ESAS LAS ALMAS MÁS ABANDONADAS

Como sabemos, la Fundación de los Misioneros Oblatos fue para evangelizar a los más abandonados, normalmente en las áreas rurales. Así comenzaron en Canadá. Sin embargo, Eugenio se dio cuenta de que sería esencial contar con una comunidad base en dos grandes ciudades: Montreal y Quebec, que aportarían recursos financieros para el trabajo con los pobres en las zonas rurales.

“Me gustaría que nos estableciéramos en Quebec y Montreal…

Con la tendencia de todas las Congregaciones antiguas o nuevas de establecerse en todas partes, es imposible no estén en un lugar tan importante. Me comentan que no son esas las almas más abandonadas, pero no cuentan con que también harán mucho bien a quienes lo necesitan, aun sin estar abandonados”.

Carta al P. Jean Baptiste Honorat, Octubre 7, 1843, EO I núm. 27

Un recordatorio de que los «más abandonados» no necesariamente son siempre los pobres materiales, sino todos aquellos que no conocen a Jesucristo como su Salvador.

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