LES CONTARÁ TODAS LAS MARAVILLAS REALIZADAS POR SU MINISTERIO

Establecer misiones de los Oblatos fuera de Francia requería personal y fondos. La Sociedad para la Propagación de la Fe fue generosa en la ayuda financiera otorgada. Para poder recibir una asignación anual, Eugenio debía enviarles un reporte de la situación misionera de los Oblatos. Evidentemente subrayaba sus logros para captar la generosidad de los benefactores.  Hoy en día estas cartas nos dan un vistazo de algunos aspectos de las misiones que no siempre eran relatados en el Diario de Eugenio. Aun más, cuando era posible, la visita personal de algún Oblato a las oficinas de la Propagación significaba una gran diferencia en su disposición para otorgar un donativo.

“Señores,

La Congregación de los Misioneros Oblatos de María Inmaculada, de la que soy Superior General, después de haber evangelizado por bastantes años desde su aprobación por la Santa Sede  en un gran número de diócesis del sur de Francia, ha emprendido realizar fundaciones más allá de los océanos. Hace dos años algunos fueron enviados a Canadá, donde son ya siete sacerdotes y seis hermanos coadjutores; allí han recibido en el noviciado a jóvenes eclesiásticos que quieren unirse a su ministerio. El bien que han realizado en la diócesis de Montreal y las limítrofes ha causado una gran impresión en esas regiones. El Sr. Obispo de Montreal alienta su esfuerzo a favor de los fieles entre quienes se han establecido y los demás obispos solicitan a su vez se establezcan en sus diócesis, sobre todo los Prelados del Alto Canadá. Pero su crecimiento en esas regiones depende mucho de los recursos puestos a su disposición”.

Carta a la Obra de la Propagación de la Fe, Junio 15, 1843, EO V núm. 82

Y añade un toque personal:

“La Providencia me permite agradecer la ayuda que la Propagación de la Fe ha otorgado a nuestros misioneros…

Creo que pronto podrán ver a uno de nuestros misioneros de Canadá, quien les contará las maravillas realizadas por su ministerio. Han hecho volver a un gran número de herejes y creo que quien venga a Europa sólo por algunos meses ha confundido a cinco o seis ministros en una disputa pública, que tuvieron la temeridad de provocar…

P. D. Permítame incluya una palabra para el P. Aubert. Olvidaba comentar que la enfermedad ha detenido a los dos misioneros que debían salir para Canadá, justo cuando debían embarcarse. Irán a su destino con alguien a quien espero y volverá en agosto. En caso de que el P. Aubert ya haya pasado, le ruego quemar el boleto…”

Carta a la Sociedad para la Propagación de la Fe, Junio 3, 1843, EO V núm. 81

El Padre Telmon había llegado a Francia para participar en el Capítulo General en Marsella y llevar a Canadá a tres refuerzos para la misión Oblata: el P. Allard y dos diáconos: J.-N.Laverlochère y Aug. Alexandre Brunet.

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