NUESTRO DEBER PARA CORRESPONDER A ESE ENORME FAVOR ES NO DESCUIDAR EN NADA LA FORMACIÓN DE RELIGIOSOS CAPACES DE SERVIR A LA IGLESIA Y A LA SOCIEDAD

Los Oblatos veían crecer las vocaciones y el don de Dios al llamar nuevos miembros requería una respuesta de gratitud que se expresara a través de la generosidad de cuidar y desarrollar a estos jóvenes. 

“No hay sacrificios que no debamos hacer por la instrucción y buena dirección de los numerosos jóvenes que el Señor nos ha concedido y que no sabremos agradecer lo suficiente. Nuestro deber para corresponder a ese enorme favor es no descuidar en nada la formación de religiosos capaces de servir a la Iglesia y a la Sociedad.”

El aumento en las vocaciones aseguraba tener una misión más fructífera en el futuro. 

“En los momentos difíciles podemos prever un futuro bastante cercano en el que encontremos mayor comodidad.  En él tenemos un motivo suficiente para animarnos y tener paciencia.”

Carta a Hippolyte Courtès, Agosto 23, 1842, EO IX núm. 775

Las palabras de Eugenio evocan un sentido de gratitud hacia nuestros directores vocacionales, al personal de formación y a la inmensa generosidad de los miembros de nuestra Familia Mazenodiana que hacen posible la formación de nuevos misioneros y que son recordados a diario en las oraciones de toda la Congregación.

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