Hippolyte Guibert tenía 14 años y vivía cerca de los Misioneros de Provenza cuando fueron fundados en Aix en 1816. A los 21 años, y después de siete años de observar el celo de los Misioneros, fue llamado por Dios a unírseles. Hizo su oblación perpetua en 1823.
Guibert era muy talentoso, aunque siempre humilde. Eugenio reconoció sus cualidades y le asignó a varios puestos de liderazgo, incluso como superior de la comunidad en Laus y después como rector del seminario mayor en Córcega.
Las cualidades del Oblato no pasaron desapercibidas para el Iglesia y el Gobierno de Francia, y fue nombrado Obispo de la ciudad de Viviers, a los 39 años, en 1841. (Más tarde sería el Arzobispo de París y el primer Cardenal OMI, pero veremos más de esa historia más adelante.)
El gobierno querría nombrar obispo al P. Guibert y no me sorprende.
Diario de Eugenio de Mazenod, Julio 20, 1841, EO XX
El número de Oblatos en Francia se había visto disminuido al enviar a los seis misioneros a Canadá, y ahora uno de los Oblatos más talentosos era removido de la fuerza de trabajo. Eugenio confió al Padre Courtès:
Para complicar más nuestras dificultades, acaban de quitarnos al P. Guibert: no pierdo de vista las ventajas del nombramiento bajo varios aspectos, pero me abruma en las circunstancias actuales. Hubiese visto bien su nombramiento para Gap hace dos años, pero para Viviers, y en este momento, me deja confundido. Sin embargo, no podría oponerme a los designios de la Providencia, quien ha dispuesto las cosas sin que las esperásemos en absoluto, y vendrá en nuestra ayuda.
Carta a Hippolyte Courtès, Agosto 11, 1841, EO I núm. 3