Eugenio escribe consciente de la importancia del obispo como primer pastor de una diócesis y al reflexionar sobre la práctica de rezar con su pueblo como Obispo:
Es hermoso a los ojos de la religión ver al primer pastor trasladarse a cada parte de su pueblo para implorar la misericordia de Dios y dar ejemplo de lo que han de cumplir con Jesucristo al mostrarse a su pueblo para recibir su adoración y escuchar sus plegarias.
Encontramos la siguiente oración en su diario: “el obispo, ante quien toda la gente debe inclinarse respetuosamente” y puede sorprendernos actualmente, pero debemos recordar que Eugenio se refiere al papel del obispo, a quien se veía como el representante de Jesucristo en la diócesis y sucesor de los apóstoles.
El obispo, ante quien toda la gente debe inclinarse respetuosamente, viene a postrarse ante el Soberano de todas las cosas, ofreciéndole incienso en señal de adoración y se presenta ante Él con la actitud más humilde, pidiendo en especial por el pueblo que le rodea y por todos a quienes representa; a la señal del canónigo asistente, se postra de nuevo, y con el corazón lleno de una dicha que no se puede expresar, se retira solemnemente…
Diario de Eugenio de Mazenod, Febrero 7, 1839, EO XX