UN CUARTO DE HORA DE MEDITACIÓN TE REUBICARÁ EN EL CAMINO

Eugenio, cuya vida había sido transformada al ver la Cruz y encontró en la imagen del Salvador crucificado el símbolo Mazenodiano de mayor importancia, estaba horrorizado de que Eugenio Guigues no viera el significado de llevar la cruz en la procesión penitencial.

¡Los Prelados y Cardenales llevan la cruz procesional en los jubileos y en tiempo de calamidades, y un misionero se sonrojará por llevar la preciosa carga cuando se trata de atraer la misericordia de Dios a un pueblo extraviado! ¿No se comprende que es conforme al espíritu de Jesucristo hacer una expiación pública a nombre de los pecadores que vino a salvar? No hablo de la desnudez de los pies, que nunca se ha prescrito, sino de la ceremonia misma, del sermón al respecto ¿los harán sin espíritu de fe?

Eugenio se tranquiliza y envía al Padre Guigues su afecto paternal.

Adiós, mi querido hijo, un cuarto de hora de meditación te reubicará en el camino.

Te abrazo

Carta a Eugenio Guigues, Enero 26, 1838, EO IX núm. 657

“Pero jamás acontezca que yo me gloríe, sino en la cruz de nuestro Señor Jesucristo, por el cual el mundo ha sido crucificado para mí y yo para el mundo.”    (Galatos 6:14)

 

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