LA FORTALEZA DE MI TEMPERAMENTO ME HA PERMITIDO AUN SOSTENERME

El día de su cumpleaños 56 Eugenio miró a sus años de vida, enfocándose en los 26 años de servicio sacerdotal, considerándolos parte de un trayecto que había comenzado con gran impulso y ahora veía como pequeños pasos.

Cuando empecé mi ministerio iba al galope, y la rapidez de mi marcha tal vez impedía ver los peligros en mi camino. Si bien recuerdo, apenas pensaba en ellos, tal vez por temeridad o por preocupación, pero les temía poco;
Hoy, que voy paso a pasito, es diferente; cuento uno a uno los tropiezos, las zarzas me enganchan por todas partes, las espinas me hieren en lo más vivo, el frío me congela, el calor me sofoca, las enfermedades me debilitan, los achaques me abruman,
en lo moral entiendo, pues en cuanto a mi cuerpo, ha sufrido como consecuencia del excesivo trabajo realizado desde hace 26 años que soy sacerdote; la fortaleza de mi temperamento me ha permitido aún sostenerme, llegando hoy a los cincuenta y seis años.

Diario de Eugenio de Mazenod, Agosto 1°, 1837, EO XVIII

Un pensamiento pesimista, tal vez ocasionado por su accidente en el carruaje, pero que difícilmente reflejaba el paso acelerado que sería característico de los siguientes 24 años de su ministerio lleno de energía como Obispo de Marsella.

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