Fui a visitar la iglesia de Aygalades. Proal [ed. el pastor] estuvo encantado de mostrarme la magnificencia del trono de la Santísima Virgen para el mes de mayo. La imagen de la Virgen estaba colocada sobre el altar donde está la Eucaristía, más adornado que para la exposición solemne del Santísimo Sacramento. Los candelabros y las flores comienzan en la base y llegan hasta la gran altura donde se coloca la imagen.
Esa decoración se ha extendido en la diócesis y será una de las primeras cosas reformaré. Noto que el culto exterior que se rinde a las imágenes de la Santísima Virgen, supera por mucho la pompa que se da a nuestro Señor en la sagrada eucaristía. Lo mismo en las procesiones que en las fiestas.
Hace tiempo que me molesta esto, llevado al exceso por la manía en el país de querer hacer más que el vecino. Les gusta hacer un espectáculo, apartándose del espíritu fundamental de nuestra religión.
Diario de Eugenio de Mazenod, Mayo 18, 1837, EO XVIII
La devoción de Eugenio nunca se detuvo en María, compañera en su discipulado de Jesucristo. Siempre se trató de poner a Dios en primer plano.