La salud de Eugenio se vio afectada al haber recibido la pesada carga de ser nombrado Obispo de Marsella.
Todo el mundo, parientes, amigos y médico se reunieron para exigirme salir de la ciudad y reponerme del sufrimiento que he tenido por las fuertes emociones en los últimos seis o siete meses. Acepté ir a pasar quince días en la más completa soledad.
Diario de Eugenio de Mazenod, Mayo 2, 1837, EO XVIII
Al día siguiente:
Ya estoy en San José desde ayer por la tarde. Procuraré que la soledad me aproveche en cuerpo y alma. El P. Tempier vino a instalarme en mi pequeño palacio donde pasé buena noche. Esta mañana celebré la misa comunitaria precedida de las letanías de los santos, que pude realizar sin fatiga notoria. Mi puerta estará cerrada a todo el mundo y mi Diario descansará, a no ser que los asuntos atraviesen los muros.
Diario de Eugenio de Mazenod, Mayo 3, 1837, EO XVIII
En su soledad, se prepara en oración para las nuevas responsabilidades que tendrá más adelante en el año.
Una invitación para que dediquemos tiempo a la oración en silencio antes de realizar tareas difíciles