Que se supriman también de nuestras colecciones de cánticos ciertas expresiones ridículas y sin amor; necesitamos canciones muy expresivas que inspiren la piedad.
Carta a Jean Baptiste Mille, Abril 6, 1837, EO IX núm. 611
Confirma el sentimiento en su diario personal.
No apruebo que se canten siempre cánticos sin estribillo, y menos aun adoraciones, cantos insípidos que cansan en un momento en que es preferible rezar con fervor, sin ser distraído por el canto; a no ser que uno mismo cante algunas estrofas muy expresivas que inspiren piedad.
Diario de Eugenio de Mazenod, Abril 7, 1837, EO XVIII
Yvon Beaudoin añade en una nota: “Conservamos un ejemplar del Recueil de cantiques impreso en Grenoble en 1837; hay un “cántico durante la misa” con 20 estrofas. Puede ser que al hablar de adoraciones, el fundador se refiera a ese cántico, pero ignoramos el sentido preciso.”