Eugenio había escrito acerca de la misión en Córcega:
Pero realizar esa tarea nos implicará los mayores sacrificios.
Carta a Hippolyte Guibert, Octubre 18, 1834, EO VIII núm. 493
Los Oblatos eran pocos y estaban muy comprometidos en Francia.
Debido a la calidad necesaria en los individuos que requiere, me costará mucho moverlos de los diversos ministerios que cumplen con tanto éxito y con bendiciones increíbles;
Cumpliendo su palabra, Eugenio sacrificó a los misioneros en Francia para enviar al seminario en Córcega a tres de sus mejores Oblatos: los Padres Albini, Guibert y Telmon.
Conoce la fama del P. Albini: se trata de un teólogo sabio y un santo misionero, enseña teología con distinción desde hace muchos años y pasa sus vacaciones evangelizando a los pobres. Por otra parte, hace tanto bien en Marsella, que se me vendrá el mundo encima por moverlo de aquí; es el hombre que necesita. Irá acompañado por un profesor de dogma, hombre de talento, que sabe de Sagrada Escritura y de liturgia (el P. Telmon). Le daré también como superior, al sacerdote más distinguido de nuestras regiones, ya sea por su profunda piedad, por la amplitud de sus conocimientos o por la firmeza de su espíritu culto. Hace las delicias de la diócesis de Gap como superior del santuario que nos está confiado; es a quien más quiere el obispo, el clero y el pueblo. No sé cómo me las arreglaré, pero no importa; es también el hombre que le hace falta, al menos para comenzar…
Carta al Obispo Casanelli d’Istria, Septiembre 19, 1834, EO XIII núm. 83