El Día de Todos los Santos ha llegado: desde las tres de la mañana, todos los que conformaron el Capítulo están despiertos; antes de las cuatro están todos en la capilla rezando frente al altar, preparándose para el más hermoso y reconfortante de todos los sacrificios.
Mémoires de Suzanne y Moreau en Rambert, I, 290-291.
Leflon narra:
Debe haber sido sin duda un día de gran satisfacción para el Padre de Mazenod. El 1° de noviembre de 1818, después de recibir la autorización pertinente de Guigou, pronunció sus votos de castidad, obediencia y perseverancia, en la presencia de Fortuné [ed. el voto de pobreza fue incorporado unos años después]; durante la Misa que siguió, aceptó los votos de los Padres Maunier, Mie, Tempier y Moreau, así como de los hermanos escolásticos Dupuy, Courtès y Suzanne.
Leflon 2, pág. 169
La fórmula utilizada por Eugenio fue:
En nombre de Nuestro Señor Jesucristo, en presencia de la Santísima Trinidad, de la Santa Virgen María, de todos los Angeles y todos los Santos
y de todos mis hermanos aquí reunidos,
yo, Carlos José Eugenio de Mazenod,
profeso, prometo a Dios y hago voto de castidad y obediencia perpetuas;
juro igualmente y hago voto de perseverar hasta la muerte en el santo instituto y sociedad de los Misioneros llamados de Provenza. Así Dios me ayude.
Eugenio de Mazenod, sacerdote misionero.
Fórmula de oblación, el 1 de noviembre 1818, E.O. XV, n.149