HACE YA TANTO TIEMPO RECIBIÓ LA PRIMERA ABSOLUCIÓN EN MI MINISTERIO SACERDOTAL

Al escribir a un amigo sacerdote que se encontraba estacionado en Roma, Eugenio le expresa su pena al descubrir que estaría ausente en su consagración episcopal. Entonces recuerda un vínculo sacramental muy especial, que Eugenio nunca olvidó.

Si conociera mi profunda amistad por usted, sabría lo que siento por no poder verle, y sobre todo en la circunstancia actual. No se sabe aún en Roma, pero el Papa acaba de nombrarme obispo de Icosia y visitador apostólico de Trípoli y Túnez. Seré consagrado, si no lo impide algún imprevisto, el domingo 14 de este mes. Pensaba que mi primera bendición sería sobre usted, como hace ya tanto tiempo tuvo la primera absolución en mi ministerio sacerdotal. Mis deseos llegarán a usted donde se encuentre, pero le pido mi querido amigo, no olvidarme en sus oraciones y que el día de mi consagración ofrezca la santa misa por mí; no le será difícil comprender mi necesidad.

Eugenio expresa su tristeza porque nadie de la gente cercana estuviera presente para compartir con él tan importante momento de su vida

Me encuentro aquí solo por completo y le aseguro que será difícil; pero cuento con que Dios en su bondad, compensará toda pena que expermiente en mi corazón, con abundante gracia espiritual.

Al Padre Martin de Loirlieu, capellán de la Iglesia de San Luis-des-Français, Roma, Octubre 4, 1832, EO XV 165

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