HAY QUE HACER SITIO PARA QUE EL SEÑOR CONSTRUYA

Me disgusta que Bernard no aprecie más la ventaja de la vida y los ejercicios del noviciado. Que no se engañe, ahí está la base de todo el bien que está llamado a hacer

La falta de cooperación al principio de Jean Bernard como novicio, cambió poco después, y de hecho, sirvió de base para una vida misionera sobresaliente. O mejor dicho, permitió a Dios construir el cimiento, de acuerdo al proceso descrito por Eugenio:

Hay que empezar por renunciar a sí mismo; hay que hacer sitio para que el Señor construya. Nuestro barro no sirve para cimiento del edificio. La abnegación, la humildad y luego la santa indiferencia para cuanto el Señor quiera de nosotros y cuyo conocimiento nos transmite por voz de los superiores, ese es el tesoro escondido en la soledad del noviciado. ¡Dios mío, que mal se conoce quien espera hacer algo sin eso! El celo más ardiente sólo producirá humo de orgullo.

Carta a Jean Baptiste Mille y a los Padres y Hermanos en Billens, Noviembre 3, 1831, EO VIII n 406

 “Nuestro barro no sirve para cimiento del edificio” – necesitamos aceptarlo y permitir que Dios construya

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *