ADMIREMOS EN SILENCIO NUESTRA GRAN VOCACIÓN

¿Por qué la insistencia en imitar las virtudes?  Porque Jesús es nuestro fundador. Porque sin el ejemplo de esta relación con los apóstoles, nuestra vida y vocación bautismal no tendrían sentido. Es aquí que se encuentra la base de nuestra vocación como Familia Mazenodiana.

¿Se podría pensar que la Regla supone haber insistido bastante en la indispensable necesidad de imitar a Jesucristo? No. Ella nos presenta al Salvador como el verdadero Fundador de la Congregación, y a los Apóstoles, que fueron los primeros en seguir las huellas de su Maestro, como nuestros primeros Padres.  ¿Puede haber algo más apremiante para impulsarnos a imitarles?
¡Jesús, nuestro Fundador, los Apóstoles, nuestros antecesores, nuestros primeros Padres! Y es la Iglesia quien nos lo indica, es Pedro a través de León (el Papa), quien nos lo dice!
Postrémonos, escuchemos con respeto, admiremos en silencio. Juremos ser fieles, hacernos dignos de nuestra gran vocación: Se ha dicho ya que los misioneros deben, tanto como lo permita la naturaleza humana, imitar en todo el ejemplo de nuestro Señor Jesucristo, EL SUPREMO FUNDADOR DE NUESTRA SOCIEDAD y la de sus Apóstoles, NUESTROS PRIMEROS PADRES.

Notas de Retiro, Octubre 1831, EO XV núm. 163

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