PERMÍTANLES ALENTAR A LOS PENITENTES CON SU CALIDEZ Y MOSTRAR UN CORAZÓN COMPRENSIVO

Eugenio enfatiza las poderosas palabras a todos los que ejercen el ministerio como instrumentos de la misericordia de Dios. Se refiere principalmente a los confesores, aunque seguramente aplica además a cualquiera que trate con otras personas como oyente, consejero, mentor… al ejercer la “caridad inagotable”.

Después de reconocer la importancia de este ministerio, añade:  Por tanto, un misionero nunca rechazará la petición de quienes busquen confesarse, ya sea durante el período de las misiones o fuera de ellas.  (Art. 2).
No permitan que nadie encuentre excusa para eludir este servicio.  Por el contrario, permitan a cada uno ofrecerse generosamente a realizar tal ministerio y hagan lo posible para llevar al tribunal de penitencia a cualquiera que parezca inclinado a resistirse al llamado de la gracia.  En efecto, debido a la compasión misericordiosa, todos estén atentos a las palabras del Evangelio: “Hacedlos entrar”, debe intentarlo y serle posible doblegar a quienes se muestren obstinadamente renuentes. Existen muchos ejemplos de conversiones realizadas de esta forma y aún más: Para el resto, permitan a los misioneros estar siempre prestos a recibir a los pecadores con caridad inagotable. Permítanles alentar a los penitentes con su calidez y mostrar un corazón comprensivo. En una palabra, permítanles tratarlos como ellos mismos desearan ser tratados, si se encontraran en la misma penosa situación.  (Art. 3 y 12, ibid).

Notas de Retiro, Octubre 1831, EO XV núm. 163

Esta entrada fue publicada en Uncategorized. Guarda el enlace permanente.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *