¡Una Regla de Vida! Eugenio y sus primeros compañeros se habían reunido como comunidad misionera en 1816. Dos años después, plasmaron la esencia de su experiencia de Dios, de su vida comunitaria y misión en las Constituciones y Reglas, mismas que más adelante serían modificadas y luego aprobadas por la Iglesia, el 17 de febrero de 1826. Es a esta Regla que Eugenio enfoca la meditación en su retiro.
Por tanto, dichos sacerdotes, al consagrarse a cuantas obras de celo puede inspirar la caridad sacerdotal, especialmente a la obra de las misiones que es el fin principal que los reúne, intentan someterse a una Regla y Constituciones aptas, para procurarles los bienes que, al reunirse en sociedad, se proponen alcanzar para su propia santificación y la salvación de las almas
Notas de Retiro, Octubre 1831, EO XV núm. 163
Al seguir el espíritu y la letra de dicha Regla, ellos, y ahora nosotros, obtuvieron la salvación para nosotros y nuestra misión.
El día anterior a escribir esta reflexión, los Asociados Oblatos de OST en San Antonio renovaron su compromiso anual para realizar exactamente lo que Eugenio escribe arriba: que los Asociados sigan la Regla de Vida como medio para alcanzar los mismos fines que Eugenio propone a todos los que sigan su forma de discipulado. Como santo de la Iglesia Universal, su espíritu pertenece a y puede inspirar a toda la Gente de Dios.
¿Querido lector, cuál es su Regla de Vida?