TEMOR DEL RELATIVISMO

Félicité de Lamennais era un sacerdote muy admirado por Eugenio por sus ideales y escritos. Sin embargo, durante los disturbios anti-religiosos comenzó a expresar la idea de que el estrecho vínculo entre el Estado y la Iglesia debía ser separado. Eugenio difirió fuertemente, viendo a la Iglesia a través de los ojos de los principios monárquicos. (Cf. http://www.omiworld.org/es/dictionary/diccionario-hist-rico_vol-1_l/2416/lamennais-f-licit-de/ )

… Si las doctrinas del Sr. de Lamennais son las mismas que profesan sus discípulos, le rechazo por completo. Estoy indignado por la marcha del Mémorial y de la revue. ¿A qué principios quieren arrastrar a los católicos? Cuando termine nuestra suscripción, no deseo se renueve. … ¡Dios mío! ¡En qué aberraciones cae el espíritu humano al querer utilizar las teorías más opuestas! Acabarán por no entenderse.

Carta a Henri Tempier, Septiembre 13, 1830, EO VII núm. 363

Varios de los Oblatos más jóvenes concordaban con el pensamiento de Lamennais

… Cuando termine nuestra suscripción al Mémorial y al Avenir, no deseo se renueve. Escríbalo a Notre-Dame du Laus y a Aix. No tengo intención de pagar tanto por las extravagancias de la escuela del Sr. Lamennais y me molestaría que alguno de los nuestros cayera en esas tonterías.

Aun cuando discrepaba con sus ideas, Eugenio admiraba su talento.

Da pena ver a un hombre tan brillante perder el tiempo escribiendo artículos de periódicos para establecer un sistema ridículo que supone que los católicos son una potencia en Francia, cuando ni siquiera forman un partido, llevando a hombres que no aspiran a algo mejor, a despojar al clero de su módico salario, propiedad muy legítima, ya que no es más que una escasa compensación por los bienes inmensos que han perdido, bajo pretexto de hacerlo más independiente, cuando así sería más dependiente que nunca, pues quedaría sin sustento y nadie se lo daría. Habría mucho que decir. Lástima que no se ocupe de terminar algunas obras que Europa espera con impaciencia. Tal era la vocación de este gran hombre, sin que respondiera a ella.

Carta a Henri Tempier, Octubre 26, 1830, EO VII núm. 368

“Se constituye una dictadura del relativismo al reconocer nada absoluto, dejando solo el “yo” y sus caprichos como medida última. Tenemos otra medida: el Hijo de Dios, hombre verdadero”.  Papa Benedicto

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