Al recibir las noticias de la toma de Argelia el 9 de julio, el delirio público llegó al máximo… El entusiasmo general tomó incluso el palacio del obispo. En una carta al Padre de Mazenod, Tempier le informa:
A las dos de la tarde repicaron las campanas de la iglesia por orden de Su Excelencia, el Obispo. El general ordenó un saludo de veinticinco cañonazos. La ciudad se llenó de banderas en forma espontánea. Por la tarde, Marsella se encontraba iluminada. Todos, excepto los liberales, se abrazaban unos a otros en las calles. Con cañonazos como fondo, el obispo elaboró una carta pastoral; extrañó enormemente su presencia. Padre Tempier al Padre de Mazenod (Julio 10 u 11, 1830). Cita en Rey, I, 486.
Leflon 2, pp. 331- 332
Recibí las espléndidas noticias de Argelia de usted. Leí su carta bajo un árbol en Rambaud; emocionado de agradecimiento a Dios, estaba loco de alegría.
… Admiro la prontitud de las decisiones de nuestro muy amado obispo; siempre es el primero en actuar como conviene.
Carta a Henri Tempier, Julio 15, 1830, EO VII núm. 348
Vemos la alegría de un misionero percibiendo la oportunidad de evangelizar el continente africano.