EUGENIO Y LA HISTORIA DE FRANCIA: NAPOLEÓN LIBERA AL PAPA

El Papa fue liberado de prisión en febrero de 1814. Napoleón había prohibido expresamente que el Papa pasara por la ciudad de Aix, pues no deseaba que recibiera la aclamación popular. Sin embargo, la gente de Aix se arremolinó para verle y expresar solidaridad con su sufrimiento y su alegría al ser liberado. Eugenio fue uno de ellos.

Terminados sus sueños militares, Napoleón tuvo que liberar al Papa. Éste salió de Fontainebleau el 23 de enero de 1814 y regresó a Roma por etapas. Pasó por Aix el 7 de febrero a mediodía. Millares de ciudadanos salieron de la ciudad para ir a su encuentro. Su carroza se abría paso con dificultad entre la multitud; los fieles arrodillados gritaban: «¡Viva el Papa!”, pidiendo su bendición apostólica. El abate de Mazenod fue más allá. Se agarró a la portezuela y perdió el sombrero; su pie resbaló frotando la rueda, provocándole un rasguño en el talón. La diligencia se detuvo a la puerta de Orbitelle sin entrar a la ciudad. Tras el cambio de caballos, salió para Tourves, cerca de Tolón; donde el Papa pasaría la noche (Eugenio a Forbin-Janson, 10-2-14). El abate de Mazenod decidió seguir al Papa, saltando a un coche y siguiendo al de Pío VII hasta Tourves. Tuvo la dicha de ser admitido en el apartamento del Papa, de conversar con él y de recibir su bendición apostólica  (JEANCARD, Mélanges historiques, p. 235).

http://www.omiworld.org/es/dictionary/diccionario-hist-rico_vol-1_p/2171/p-o-vii/

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