EUGENIO Y LA HISTORIA DE FRANCIA: LOS CARDENALES DE NEGRO Y EL SEMINARISTA

Yvon Beaudoin narra los sucesos en los que Eugenio estuvo relacionado como seminarista en París y con los Cardenales romanos, quienes habían perdido su insignia y solo se les permitía vestir sotanas negras:

En junio de 1810 Napoleón desterró y despojó de la púrpura, confiscando sus bienes a trece cardenales que rehusaron asistir a su segundo matrimonio con María Luisa, archiduquesa de Austria. Eugenio colaboró con varios seminaristas para alimentar la caja de los confesores de la fe. El 19 de junio de 1810 escribió a su madre:

«El Emperador, tras haber encarcelado al Papa y desterrado a los cardenales dispersándoles de dos en dos por diferentes ciudades del Imperio tras haberlos despojado de sus insignias de cardenales y confiscado todos sus bienes, puso en la mira a la congregación de San Sulpicio, para expulsarla del seminario…” (Escritos espirituales, t. 14, p. 158).

El Papa siempre rehusó la institución canónica de los obispos nombrados por Napoleón, dejando vacantes muchas sedes. En 1811 el Emperador convocó a los obispos de Francia e Italia a un concilio imperial, con el fin de hacer decretar que la institución canónica pudiera ser dada por el metropolitano o por el decano de los obispos de una región. El concilio no celebró más que una sesión plenaria, el 17 de junio, a la que Eugenio asistió como uno de los maestros de ceremonias. Allí, en la iglesia de Notre-Dame, volvió a encontrar a Mons. Milesi, a quien había conocido en Venecia y era ahora obispo de Vigevano. Los obispos se opusieron a los planes del Emperador y éste disolvió el concilio el 10 de julio.

(http://www.omiworld.org/es/dictionary/diccionario-hist-rico_vol-1_n/2170/napole-n-i/ )

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