SUBIR EL PRIMER ESCALÓN, AUN CUANDO NO VEAMOS LA ESCALERA COMPLETA

El P. Jeancard había tenido problemas de salud al predicar una misión parroquial.

Me alegró mucho saber, mi querido P. Jeancard, que su pequeña gira apostólica no ha afectado  su salud. Espero haya sido también muy útil para su alma. Sería igual con nuestros deberes, si comprendiéramos los intereses verdaderos.

Jeancard parecía insatisfecho de haber sido transferido a la comunidad de Aix. Para Eugenio, el hacer la voluntad de Dios era de la mayor importancia a pesar de las preferencias personales, por lo que le invita a ver la perspectiva general:

Nuestros mayores disgustos durarían lo que un sueño, de tener la sensatez de no aceptarlos bajo mil pretextos que pueden ilusionarnos, sin tener el menor peso en la religión. Así que cumplamos bien y hasta con gusto, todo lo que la Regla u obediencia nos marcan. Somos en esta tierra  servidores de Dios y de la Iglesia.

Como superior religioso, Eugenio veía todo el panorama del ministerio Oblato y dónde encajaba cada misionero. Se veía a sí mismo haciéndolo a nombre de Dios Padre, como administrador de los Oblatos.

El mayordomo del Padre de familia no puede emplearnos siempre conforme a nuestros gustos, pues tiene un deber más urgente que cumplir: el del servicio mismo. ¿Cuál es la importancia  de hacer esto o aquello, con tal de hacerlo por Dios donde nos señalen nuestros superiores?

Carta a Jacques Jeancard, Junio 4, 1830, EO VII núm. 346

“La Fe es subir el primer escalón, aun cuando no veamos la escalera completa.”   Martin Luther King, Jr.

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