La carta de Eugenio al P. Jeancard sigue refiriéndose a su descontento por haber sido asignado a Aix.
Aparte de todas estas consideraciones que tienen su importancia, humanamente hablando, hay que saber tomar partido y hacer de la necesidad una virtud. Es lo que hacen todas las personas sensatas.
Luego, con un toque de humor, añade:
He visto militares a quienes no les hubiera interesado mucho ir a Argel y fueron allá tan alegres como los demás. Aix no es tan calurosa como África y ahí no se está expuesto a los cañonazos.
Anima a Jeancard a aprovechar la situación y hacer uso de sus muchas aptitudes en beneficio de la misión que se le encomienda.
En serio, no es fácil compadecernos de quien la suerte mantiene en un lugar. Así pues, querido amigo, sabiendo que no puedo hacer más que dejarle ahí, trate de encontrar ocupaciones conforme a su vocación. No pierda el tiempo mirando a la luna. Trabaje; tiene demasiado talento para una inacción que en nada disculpo. La gira que acaba de hacer le distrajo lo suficiente; póngase a la obra como si estuviera contra reloj, pues en realidad lo estamos siempre en esta vida, en cuyo corto lapso es necesario cumplir nuestra tarea.
Carta a Jacques Jeancard, Junio 4, 1830, EO VII núm. 346