Cualesquiera fuera la ocupación de Eugenio, era, antes que nada, un Oblato. En su vínculo con la comunidad Oblata encontraba la fortaleza para perseverar en las situaciones difíciles. En Marsella, la presencia de Henri Tempier le ayudaba a sobrellevar las exigencias de su puesto como Vicario General. Tempier también tenía otras responsabilidades en las comunidades Oblatas, por lo que al ausentarse por 15 días para ir a Laus, Eugenio buscó el apoyo que necesitaba en otros Oblatos.
Así lo vemos en su carta al joven Jean-Baptiste Honorat, quien se encontraba predicando una misión en Vitrolles, atravesando algunos retos:
une tu pensamiento a los míos y animémonos mutuamente
Carta a Jean Baptiste Honorat, Mayo 28, 1824, EO VI núm. 139
Y al superior de Aix, Courtès, escribe sobre las dificultades en Marsella:
porque aguanto la carga con un aburrimiento y un disgusto excesivo. Es a tal punto que hace falta toda mi razón, y un poco también la ayuda de Dios, para no decir “satis est”, y desear las buenas tardes a la compañía.
Tú sientes que en este estado, tengo necesidad de tener junto a mí a alguien de la familia para aliviar mi corazón.
En cuanto al P. Suzanne cuando esté de vuelta, mándale a Marsella.
Carta a Hippolyte Courtès, Mayo 28, 1824, EO VI núm. 138
“cuentan con la amistad y la vida fraterna, con el compromiso apostólico para con todos, con la oración y la mortificación.” CC&RR, Constitución 18
“La relación espiritual es mucho más preciosa que la física. La relación física divorciada de la espiritual es un cuerpo sin alma.” Mahatma Gandhi